La inflación es un fenómeno que ha atacado por todos los frentes en todas partes del mundo. Pocos países, por no decir ninguno, han salido airosos de la escalada de precios a niveles históricos. Parece que la economía, combinada con factores adversos, se ensañó para hacerle la vida imposible a la normalidad con que todos los países aspiran desarrollarse.
Todos conocemos las causas de la inflación global: la pandemia, la cual, a su vez, provocó el cierre de las fábricas, del transporte y suministro de bienes y servicios como medida preventiva para evitar la propagación del covid-19, que a la fecha ha provocado más de 6.2 millones de muertes.
Aunque la inflación que afecta a República Dominicana tiene una alta ponderación de variables importadas, es decir, que escapan al dominio y competencias de las autoridades actuales, sería pertinente hacerse la siguiente pregunta: ¿Ha enfrentado el país esta espiral inflacionaria con éxito? Todo indica que sí. Hemos tenido que padecer las mismas alzas en los costos de las materias primeras y del petróleo que los demás países, pero, al mismo, tiempo las autoridades han aplicado una combinación de receta fiscal y monetaria que han contribuido con suavizar el golpe.
El Banco Central, de su lado, supo aflojar cuando era prudente y apretar cuando las circunstancias lo han demandado. El simple hecho de lograr una apreciación del peso dominicano, combinado con otras medidas, es una muestra de que las autoridades monetarias están atentas al transcurrir de la economía.
Por el lado fiscal se han aplicado las medidas idóneas desde el punto de vista de garantizarle a la población más vulnerable el acceso a recursos para mantener su nivel de consumo. Los programas de subsidios están ahí para la historia. ¿Se puede hacer más? Por supuesto que sí, pero hay que entender que este país necesita recursos para impulsar su desarrollo.
En los últimos dos años, mientras ha habido una mayor demanda de recursos, no se ha podido impulsar una reforma tributaria que genere una mejoría en el flujo de ingresos del Estado. El ministro de Hacienda, Jochi Vicente, por suerte está consciente de que en este momento es un tema difícil de tratar. Sin embargo, desde este escenario apostamos a que se tomen decisiones responsables.
El otro punto importante que ha incidido en esta inflación galopante es el conflicto entre Ucrania y Rusia, Para nadie es un secreto que este acontecimiento bélico ha agravado el suministro de materia prima y combustibles, lo que ha presionado el mercado mundial de hidrocarburos, trigo, acero y grasa comestibles, entre otros. Sólo hay que apostar a que siga el buen trabajo del Gobierno.