El clientelismo es una realidad en Latinoamérica. No obstante, el de República Dominicana parece ser el más arraigado, de acuerdo con el Índice de Transformación (BTI) 2022 de Bertelsmann Stiftung, que evalúa la transformación hacia la democracia y una economía de mercado, así como la calidad de la gobernabilidad en 137 países.
De acuerdo con el estudio, los partidos en el país–incluidos los nuevos– están anclados en la sociedad, principalmente, a través de redes de clientelismo en un sistema político considerado como uno de los más marcados de la región.
Este tipo de acción no sólo limita la capacidad de acción del Poder Ejecutivo, sino que a su vez obligan a cada nuevo gobierno a frenar el ritmo de la transformación. El informe indica que, como obstáculo, quedan debilitados los resultados de políticas para crear una transformación progresiva en educación y salud, así como de la reducción de la pobreza.
Para el expresidente de la Asociación Nacional de Empresas e Industrias Herrera (Aneih), Antonio Isa Conde, la acción sirve para quienes se benefician del caos, porque alimenta el desorden. “¿A quién le conviene el desorden? A los políticos clientelares. Los que fomentan eso son (parte de) una política clientelar”, expresó, tras considerarlo “una vergüenza”.
Agregó que quienes no quieren un cambio son aquellos que se benefician del mercado bajo las condiciones actuales. “Tenemos un problema serio con el clientelismo político. Nos tiene de rodillas. Mientras más gente haya que que tú puedas comprar con un platito de lentejas, ellos tienen la posibilidad de mantenerse en el poder y mantener esa estructura clientelista”, lamentó.
Consideró que, debido al clientelismo, las reformas estructurales “no caminan en este país”, al hacer énfasis sobre la estrategia Nacional de Desarrollo. “Si se hubiera aplicado la estrategia, nosotros teníamos otro país”, dijo.