El reciente paro de actividades convocado por movimientos populares en las 14 provincias del Cibao a medidos de esta semana presenta una debilidad en la lista de reclamos que justificaron su realización.
Los convocantes, al parecer, estaban más motivados en la “moda” de hacer protestas en el mes de abril, coincidentes con hechos relevantes como la revuelta de 1965 o la poblada de 1984, y no por exigencias concretas que justificaran su realización.
Peticiones como rebaja de precios de alimentos, combustibles y medicamentos, eliminación de sistemas institucionalizados como el de seguridad social y conservación de los recursos naturales, no parecen tener justificación, toda vez que el Gobierno hace esfuerzo por evitarlos, aun cuando muchos factores incidentes escapan de su control. Más bien, debieron ser reclamos de obras o iniciativas específicas, necesarias y realizables, para justificar la presión social al Gobierno. Pero no fue así.