La economía dominicana ha sido referente en América Latina y en el resto del mundo por haber mantenido un ritmo de crecimiento por encima del promedio y, muchas veces, de los pronósticos.
Ha salido airosa de momentos retadores, superando los obstáculos que impone el contexto económico y de salud, como fue la pandemia del covid-19. La resiliencia ha quedado probada en más de una oportunidad y los mercados de capitales lo saben muy bien.
Este es el contexto que describe Damian Sassower, experto en mercados emergentes y de renta fija de Bloomberg, quien visitó República Dominicana invitado por Xolver, una firma asesora que lidera el economista Nassim José Alemany.
Llegó justamente para hablar de inversiones, de las condiciones que del país para quienes deciden traer su capital y de las características del mercado, así como el comportamiento de las variables que sirven de apalancamiento para las inversiones.
Una de las variables que observa Sassower es que la economía dominicana tiene entre sus puntos fuertes la diversificación. Afirma que la industria manufacturera ha ido expandiéndose, que el turismo es fortalece con los años y que las remesas, aunque son generadas por la diáspora, contribuyen con la expansión del producto interno bruto (PIB) y la estabilidad social.
La fortaleza institucional mostrada por República Dominicana es otro aspecto que el experto ve como un punto fuerte que motiva y entusiasma a los inversionistas al momento de ver a este país como un destino del capital.
De todos modos, el experto hace una advertencia: las autoridades dominicanas deben saber muy bien que es necesario administrar el apetito que tienen los mercados financieros por los bonos dominicanos, ya que “cuando se acabe la fiesta” simplemente piden que les paguen y el país podría verse en una situación apremiante al tener que acudir tras unos recursos que podrían salir más costosos.
Por suerte, y lo reconoce Sassower, los fundamentos económicos dominicanos van bien y todo indica que el Banco Central lo está haciendo bien, ya que los indicadores macroeconómicos están cediendo y estables. Economías como la dominicana están obligadas a fortalecer el optimismo, pues su principal materia prima o activo tangible para atraer inversiones.