[dropcap]M[/dropcap]uy bien podríamos ver el seguro como un ahorro que usted va guardando para cuando ocurran los imprevistos. Pero mucho mejor en términos generales si vemos el cuadro completo de las circunstancias que se complementan por la gran sinergia que se crea en torno a las acciones que envuelve el mundo financiero de los seguros.
A ver. Imagínese que usted compra un automóvil, pero no le quedó dinero para adquirir una póliza que le cubra los daños propios, o sea, usted asegura solo aquellos que cubrirán lo que la ley le obliga: los daños a terceros. Deja el auto sin la cobertura de daños propios; lo que sucederá en caso de tener un accidente –algo que es muy probable ya que hoy en día somos el país donde más chocamos, pero también puede ser por robo, puede ser por motín, huelga o daños maliciosos, como el limpiavidrios que usted no le permitió embarrarle el cristal y le cayó a pedradas, etc.– es que tendrá que buscar dinero que no tiene para reponer las pérdidas. Esa falta de previsión, tal vez sea la causa para que usted se vaya a la quiebra.
Adquirir un seguro por una pequeña proporción que sí puede pagar, le ofrecerá la seguridad y tranquilidad de vivir sin temor a quedarse sin la propiedad asegurada. Y lo mejor de todo, en la medida en que tengamos la conciencia y la previsión de hacer los seguros, estamos logrando una masa de prima, permitiendo que las mismas bajen sus costos en el mercado.
En la medida en que el mercado se vaya agrandando –porque la ley nos obligue a todos tener los seguros–, asimismo las pérdidas se irán reduciendo porcentualmente, porque si el 60% de los vehículos sin seguros pagan primas, los accidentes seguirán siendo los mismos, solo que esta vez las pérdidas estarán mejor repartidas entre las aseguradoras, lo que presionaría las primas a bajar sus costos, y las personas perjudicadas tendrían más oportunidad de obtener una buena indemnización.
En la actualidad, lo común es que alguien quede sin cobrar las pérdidas, lo que incide mucho en la quiebra de algunos, generando siempre violencia por la ausencia de cobertura por los daños que producen los propietarios de vehículos sin seguros. Pero donde la cosa es grave, es la cantidad de personas que sufren lesiones por los accidentes de motocicletas, quedando con lesiones sin posibilidad de reponerse, ni dinero para pagar los gastos médicos, cuando los mismos no son cubiertos por un hospital público, el cual tampoco recibe indemnización por las pérdidas sufridas.
Es de sentido común, es una responsabilidad resarcir los daños que ocasionamos a otros, y si no podemos soportar esa carga económica, debemos prevenirlo con una buena cobertura de seguros que podemos pagar cómodamente, teniendo la tranquilidad con la garantía y protección de una buena aseguradora que nos respalde.