La economía dominicana ha logrado superar prácticamente todos los retos que se les han presentado en el período poscovid-19: crecimiento del producto interno bruto (PIB), estabilidad en la tasa de cambio, aumento de las exportaciones, gestión eficiente de la deuda pública a pesar de las presiones fiscales; mejoría sustancial en la producción local de alimentos, flujo de la inversión extranjera liderada por el sector turismo y otras áreas que han sido la punta de lanza de la estabilidad macroeconómica. La diferencia ha estado en la estabilidad de precios, la cual, afortunadamente, está retornando a los niveles normales y previstos por las autoridades monetarias.
No hay duda de que forzar a la baja los precios de la canasta básica ha sido el gran reto, especialmente por dos razones muy poderosas: la expansión monetaria impulsada por los bancos centrales en todo el mundo para evitar la caída total del consumo y, por el otro lado, el aumento desmedido de los ‘commodities’ y el transporte en todo el mundo. Hay otras variables a considerar, pero por el momento con esto es suficiente.
En todo caso, cuando se analiza el comportamiento de la economía dominicana, a pesar del contexto hostil en el que ha tenido que transitar, los resultados son excelentes. Si bien el empleo no se ha recuperado a los niveles deseados, también ha seguido una recuperación aceptable.
Los números establecen que el empleo, hay que admitirlo, ha sido otro gran reto. El desempleo abierto se ha elevado desde finales de 2022, pues pasó de un 4.8% a un 5.2%, mientras que el desempleo ampliado pasó de 11% a un 11.7%. Los ocupados en el sector informal pasaron de 2,141,674 a 2,299,120, es decir, 7.3%. En lo que compete al formal, al contrario, hubo una disminución de 2,242,559 ocupados a 2,229,902, lo que se traduce en una caída de 0.57%.
En este proceso de recuperación económica y de enfrentar los retos planteados, si se mira hacia el horizonte cercano, es de justicia reconocer la proactividad de las autoridades monetarias y fiscales para sortear el escenario retador que han tenido por delante.
Hacienda ha jugado un papel excelente en al mantener el déficit público en los parámetros normales, con una excelente gestión de la deuda, mientras que el otro lado han estado las autoridades monetarias tomando las medidas pertinentes, y a tiempo, para mantener la estabilidad macreconómica necesearia para que funcione todo lod emas. Una vez más queda demostrada la resiliencia de la economía dominicana.