Así como muchos dominicanos pierden la vida en accidentes de tránsito debido a errores, imprudencias o incumplimiento de reglas y leyes, también se pierden numerosos bienes por no tomar decisiones correctas y oportunas. Los accidentes de tránsito constituyen la principal causa de muertes y heridas en el país, y lo más preocupante es que a nuestros líderes y autoridades no parece importarles lo suficiente este asunto, ya que en sus agendas no se contempla asumir compromisos para resolverlo.
Es un tema que hemos abordado en repetidas ocasiones y continuaremos haciéndolo hasta presenciar acciones esperanzadoras para enfrentarlo. Y no considero que sea tan complejo. Todos son conscientes de la situación, pero hasta ahora nadie ha tenido la valentía ni la voluntad de hacer lo correcto. Nosotros no poseemos la solución, y aunque no pienso que sea sencillo, lo que sí tengo certeza es que no se resolverá simplemente sin hacer nada, como parecen creer aquellos encargados de dirigir y administrar los asuntos públicos.
Y lo más preocupante es que cada vez tenemos más vehículos en las calles que violan todas las reglas sin excepción, lo que incrementa el caos. ¿Qué motiva a los conductores y motoristas a violar las reglas? En primer lugar, su falta de respeto hacia sí mismos y hacia los demás, la falta de educación y la falta de temor a la autoridad para imponer sanciones. Otras causas pueden ser el trazado de las vías y la falta de señales, entre otras. Sin embargo, entiendo que estas son cuestiones menores y más fáciles de resolver.
En un artículo interesante de Rosario Espinal, ella coincidía conmigo en que los ayuntamientos y el Estado podrían convertir las sanciones impuestas a los infractores en una fuente de financiamiento para mejorar o construir obras en las mismas vías, eso es lo que pienso. Esta medida es pertinente, factible y beneficioso. Estaríamos castigando a los infractores, que en la actualidad se benefician de las violaciones. Además, esta acción también disminuiría los accidentes y, por ende, las víctimas mortales, heridos y daños, generando así más ahorros y contribuyendo al bienestar social.
Espero que las cámaras para imponer multas instaladas por el INTRANT no sean meramente publicidad y distracción, ya que no parece cierto que podrán colocarlas en los lugares donde ocurren más infracciones graves, como en las carreteras. Es realmente necesario reorientar el comportamiento de los dominicanos, especialmente en su responsabilidad social al volante.
Mientras ellos aprenden y adquieren conciencia, la DIGESSET debería aplicar la ley con conocimiento y responsabilidad. Por ejemplo, ¿es acaso tan complicado exigir que las motocicletas lleven una luz roja trasera durante las noches para aumentar su visibilidad?
El INTRANT y la DIGESSET deben identificar las localidades, tramos y momentos en los que ocurren la mayoría de los accidentes. Por lo tanto, esta información debería ser compartida públicamente con el propósito de prevenirlos. Además, la DIGESSET podría llevar a cabo operativos periódicos en los peajes para detectar y sancionar a conductores que manejen bajo los efectos de drogas, en especial aquellos que conducen camiones, patanas y autobuses.
Lo que estoy demandando es que las autoridades emprendan acciones verdaderamente impactantes para captar la atención de nuestra población y modificar su comportamiento en el tránsito. Es necesario fomentar el respeto por la vida propia y ajena, lo cual, entiendo, podría tener un efecto multiplicador en otros aspectos de nuestra vida como sociedad.