[dropcap]P[/dropcap]avel Isa Contreras, destacado economista y profesor del Intec, en una brillante exposición titulada “Pacto Fiscal: ¿por qué, para qué y cómo?”, analizó los principales elementos que deben ser considerados para que se pueda debatir y lograr un consenso sobre las reformas pendientes en el ámbito de la gestión de las finanzas públicas en República Dominicana y, específicamente, en los aspectos vinculados con el sistema impositivo y la disposición del gasto público.
Al margen de las consideraciones, una que llama la atención es la visión que parece existir sobre el hecho de que el Estado es del tipo GMC, a decir de los dominicanos, cuando algo es Grande, Malo y Caro.
Desde esta perspectiva, un Estado Grande resultaría ser uno que es supernumerario en términos de empleomanía, posee una cantidad de instituciones que, en muchos casos, realizan funciones similares –en el transporte, por ejemplo–, y sus características misionales parecen abarcar todo el espectro de la nación. De su lado, un Estado Malo coincidiría con uno que brinda servicios públicos ineficientes, poco pertinentes, ofrecidos a destiempo y con una calidad poco deseada.
En ese caso, se generan respuestas paralelas, bajo condiciones de mercado negro, inducido por los propios servidores públicos, lo que encarece los productos y servicios que están llamadas a otorgar las entidades gubernamentales.
De su lado, la visión de un Estado Caro vendría siendo el resultado de la aplicación de malas políticas públicas, ineficiencia en la gestión en el cobro de impuestos, acumulación de deuda social, salarios elevados para los servicios y productos que se ofrecen; poco control de la corrupción, elevado endeudamiento interno y externo, poca o ninguna supervisión en la gestión pública, nula rendición de cuentas e impunidad generalizada. Bajo este escenario, un Estado GMC penaliza a los ciudadanos, ya que solventarlo implicaría un nivel de presión fiscal elevado, sin la garantía del retorno en términos de servicios públicos.
Entendiendo que la evasión y la elusión fiscal son dos caminos paralelos hacia los cuales huyen comúnmente los empresarios, cuando se les presiona desde un Estado GMC, los trabajadores resultan los más perjudicados con las ineficiencias referidas. La pregunta sería, al final, si es posible que un Pacto Fiscal conduzca al cambio de un Estado GMC por un Estado BBB: Bueno, Bonito y Barato.