Los fondos de pensiones constituyen, en esencia, el ahorro de los trabajadores. Prometen un retiro digno luego de haber entregado los años productivos al país. A marzo de este año el monto de estos recursos cerró en RD$541,554 millones, equivalente a más o menos US$11,000 millones o un 14.5% del producto interno bruto (PIB).
El rol de las administradoras de fondos de pensiones (AFP) es hacer que estos recursos generen un rendimiento que no sólo compense la pérdida de valor del peso dominicano por efectos de la devaluación, sino también garantizar el desarrollo del país. Desde un principio se ha hablado de la necesidad de invertirlos en obras de infraestructura que en sí mismas sean una garantía para ese dinero.
Para suerte de todos, los fondos de pensiones mantienen una buena rentabilidad. En los primeros tres meses de este año el rendimiento promedio fue de un 10.96%, es decir, por encima del 10.18% de igual período de 2017. Esto quiere decir que será necesario hacer algo útil con ese dinero, cuyo monto crece cada año. La estabilidad macroeconómica, hay que reconocerlo, ha sido una aliada de los trabajadores porque ha ayudado a garantizar el valor de los ahorros.
Los títulos y bonos del sector público, emitidos a través del Ministerio de Hacienda y del Banco Central, han servido como refugio seguro y rentable de los fondos de pensiones. El Estado tiene una calificación AAA porque da certidumbre y, sobre todo, garantiza altos márgenes de rentabilidad. La necesidad de recursos frescos, tanto para cubrir el déficit del Gobierno como para sostener parte de la política monetaria, ha sido la excusa perfecta. Y ha funcionado correctamente.
Si bien el Estado es un destino seguro para los fondos de pensiones, también es cierto que es necesario una diversificación del destino de inversión de estos recursos. La renta proveniente de estos ahorros no debería ser sólo producto del mercado financiero. A la larga, tomando en cuenta que es el sector público el mayor compromisario, podría haber dificultades.
Según reporta la Superintendencia de Pensiones (Sipen), al cierre de marzo pasado los fondos de pensiones totalizaban RD$541,554 millones, de los cuales RD$371,144.1 millones están en poder del Estado a través de los bonos emitidos por Hacienda y el Banco Central. Estos emisores públicos pueden captar, en conjunto, hasta el 85% de estos recursos, es decir, RD$460,321 millones. A la fecha, quedaban disponibles RD$89,177 millones para ser invertidos en instrumentos de deuda del sector público.
El Banco Central había captado RD$229,585.6 millones a través de su estrategia de política monetaria, mientras que Hacienda, que los utiliza para cubrir el déficit en el Presupuesto, había accedido a RD$141,558 millones.
El límite de inversión está determinado en la resolución 139 de la Comisión Clasificadora de Riesgos y Límites de Inversión. En el caso del Banco Central, un 50% de los fondos de pensiones pueden ser invertidos en instrumentos de esta entidad. Si se trata de Hacienda, sólo el 35%.
Ante esta realidad, las autoridades fiscales y monetarias habrán de ir pensando rápidamente cómo seguir cubriendo el déficit público. Se nota que la velocidad con que se invierten los fondos de pensiones en instrumentos del Estado es menor a los ingresos del sistema de pensiones.