Los ganaderos de Cotuí, provincia Sánchez Ramírez, están con el grito al cielo. La paz con que realizan sus actividades productivas ha sido trastornada con el robo y descuartizamiento de ganado, mientras no ven una respuesta rápida y certera de parte de las autoridades de la zona.
Las pérdidas causadas por los cuatreros han sido calculadas en aproximadamente RD$200,000 sólo en las últimas incursiones de los malhechores, quienes aprovechan la falta de vigilancia y dejadez de la Policía ante las denuncias de los ganaderos.
Máximo del Orbe, tesorero del Centro de Acopio Lechero de Cotuí, reveló que la tranquilidad es cosa del pasado entre los ganaderos de la zona, pues no saben cuándo será el próximo ataque de los delincuentes.
Explicó que para cometer los hechos delictivos los cuatreros no respetan que las vacas estén en estado de gestación y que una vez sacrifican al animal dejan todo esparcido, incluyendo la criatura que tenía la madre en el vientre.
“Estamos desesperados. No sabemos qué tenemos que hacer para que la Policía entienda que su papel es cuidar los intereses de los hombres trabajadores. Somos productores y ganaderos que no aguantamos esta situación. Yo no creo que nosotros tengamos que hacer justicia por nuestros propios medios. El hombre de trabajo, aquel que están el campo y confía en la economía de nuestros país, debe ser protegido por las autoridades”, explicó en tono enojado el dirigente ganadero.
Según sus informes, en las acciones han sido afectados más de cinco ganaderos de la zona, incluyendo personas que lo único que tienen para vivir son sus vacas, por lo que entiende que el daño económico y emocional es irreparable cuando suceden estas cosas.
Del Orbe pidió a las autoridades policiales poner más atención para evitar que los ganaderos se junten y comiencen a hacer justicia por sí mismos. Sin embargo, mostró su esperanza de que la Policía hará su trabajo, ya que los hombres del campo son los que mantienen y producen los alimentos que se comen los dominicanos y por eso habrá que protegerlos.
“A veces nos preguntamos qué debemos hacer para seguir trabajando tranquilos en este país al que queremos. Tenemos la posibilidad de irnos de aquí, pero confiamos en nuestra gente, en el futuro de República Dominicana. Sin embargo, con estos acontecimientos nos bajan la moral y a veces nos preguntamos para quién es que trabajamos. Los hombres de trabajo deben ser protegidos como un tesoro invaluable”, afirmó.