Pertenecer a la clase media de un país pobre o en vías de desarrollo, puede catalogarse como un privilegio, sobre todo porque eso implica que la persona ubicada en este segmento, supone una generación de ingresos por encima del promedio de lo que gana la mayoría de la gente.
De hecho, algunos autores refieren que la clase media constituye el motor del desarrollo de la casi totalidad de los países en donde esta ha ganado espacio. Por ejemplo, Murillo, R. (2019) afirma que la clase media es una parte de la sociedad que comparte unos determinados valores, posee una relativa estabilidad financiera y una buena calidad de vida.
Otra medida para identificar a la clase media, en la mayoría de las economías emergentes, son los gastos que realizan diariamente, los cuales están entre 11 y 110 dólares por persona (paridad de poder adquisitivo), según este mismo autor.
Una medida adicional que también se utiliza para identificar a la clase media, es el producto per cápita, en donde se supone que, mientras más elevado es este, mayor es cantidad de personas que estarán ubicadas en ese segmento. De ahí que, los países desarrollados son aquellos que muestran casi siempre un producto per cápita más alto que el de los países de ingreso medio y bajo.
Por ejemplo, Alemania tiene un per cápita de 46,216 dólares anuales, mientras que el Australia es de 52,905 dólares, y ambos son países desarrollados y con un elevado Índice de Desarrollo Humano.
Por igual, Chile muestra un producto per cápita por encima de los 11,000 dólares, en tanto que el de Argentina y Brasil es 7,500 y 6,000 dólares, respectivamente. En el caso dominicano, el producto per cápita se estima en algo más de 7,500 dólares, habiendo crecido de manera importante durante los últimos 20 años, pues al año 2000 era apenas de 2,900 dólares.
Sin embargo, ser de clase media también tiene sus costos y, en muchos casos, sus desventajas. Lo primero es que, comúnmente, sobre este segmento poblacional es en el que recaen la casi totalidad de los impuestos que se pagan, pues son los que invierten, los que tienen negocios pequeños y medianos, los que toman dinero prestado para comprar casas, apartamentos, autos y demás. Así también, como es una clase altamente consumidora, la clase media es la que paga, mayoritariamente, los impuestos indirectos, es decir, el IVA o el ITBIS, y la que no puede evadir el impuesto sobre la renta.
En ese mismo sentido, cuando se analiza el tema del pago de los servicios y de los seguros, ahí es que la clase media es golpeada duramente. La energía eléctrica más cara la paga la clase media, pues la de los pobres es subsidiada, en tanto que, en conjunto, los ricos no son muchos. Por demás, la clase media, si tiene carro, paga un seguro; si adquiere una vivienda, paga dos seguros (incendio y de vida); si coge un préstamo, paga otro seguro; un celular, seguro por perdida; si tiene un negocio, dos seguros más.
Pero cuando se habla de salud, ahí es que la clase media es desangrada, pues los médicos y las clínicas cobran por apellido y por el nivel de ingreso de la gente. De hecho, hay clínicas en donde solo pueden ir los ricos y los de clase media. Por todo lo anterior, si usted es de clase media, felicítese, porque es mucho lo que ha tenido que hacer para mantenerse en ese nivel.