El Foro Económico elDinero reconoció al empresario Luis Molina Achécar, presidente del Consejo del Banco BHD, por su liderazgo y contribución al desarrollo de los servicios financieros de República Dominicana e impulso al compromiso social del sector, así como su vocación conciliadora y de equilibrio en la sociedad.
Molina Achécar, considerado un decano del sector financiero, agradeció la distinción realizada por elDinero y sus ejecutivos por la entrega durante el II Foro Económico elDinero 2022, bajo el tema: “Inflación y recuperación: ¿Quién gana la partida? El rol de la banca, la industria y el Gobierno”.

Dijo que este reconocimiento a su trayectoria lo hace “muy especial” para él, el BHD y todos sus colaboradores, debido a que se enmarca en el 50 aniversario de la entidad que por estas cinco décadas le ha tocado enfrentar distintas crisis y hacer múltiples fusiones y alianzas para ser hoy una banca responsable, innovadora y cercana.
A continuación el discurso íntegro de Molina Achécar:
Buenos días.
Unas breves palabras para saludar y para agradecer al Sr. José Martí, CEO del grupo MARTÍ, y presidente del periódico elDinero, así como a su director Jairon Severino por este reconocimiento.
Este año nuestra institución está celebrando su 50 aniversario, lo que hace este reconocimiento muy especial para mí, para el BHD y para todos nuestros colaboradores, en cuyo nombre lo recibo.
Todos ustedes saben que soy un ingeniero que por circunstancias de la vida se enganchó a banquero. ¡Es cierto, un paracaidista en la banca!
Me inicié en el banco en 1973, a los pocos meses de iniciar operaciones y once años más tarde, en 1984, me designaron CEO del Banco.Durante estos casi cincuenta años me ha tocado liderar el cambio del modelo de negocios del Banco BHD, para convertirnos en el primer banco universal del país, el cual fue el inicio de la diversificación total de la banca dominicana, de una banca especializada y diversificada y, posteriormente, en la organización multidivisional que hoy somos: una división de banca y medios de pagos, otra de valores y fiducia, y una tercera de seguros y pensiones.
Nos ha tocado hacer múltiples fusiones y alianzas con socios locales e internacionales, así como multinacionales y bancos, etcétera, pero también enfrentar muchas crisis de distintas índoles y, eso nos enseña mucho.
Debo confesarles, sin embargo, que uno de los temas que más me apasiona es el relativo al gobierno y cultura de las organizaciones ya que, en mi opinión, es donde reside la principal fuente de creación de valor de éstas.
Las tres grandes riquezas de una organización -ya sea una nación, una empresa o una ONG- son su capital económico, su capital humano y su capital social, entendiéndose por capital social la capacidad de concertación entre los distintos actores de esa organización para fijarse propósitos comunes y ejecutarlos, así como para guiarse por valores, normas y creencias compartidas: esos atributos culturales son el fundamento de la institucionalidad y del buen gobierno.
Sin mirar muy lejos, ¿cuántos países con una gran riqueza económica y humana están sumidos en la pobreza por la ausencia de capital social? ¿y cuántos por la misma razón no han caído en la ingobernabilidad?
Algunos ejemplos pueden ilustrar este punto: En el año 1990, el país tuvo una crisis enorme de desabastecimiento de gasolina ¡tremendo! y en esa crisis, pues una gran concertación, quizás la concertación más importante de los últimos 40 o 50 años, en la cual se hizo una reforma del sistema financiero, una reforma profunda que trajo como consecuencia la multibanca, la eliminación del sistema de encaje de gaveta que existía en el momento para direccionar el crédito. Pero también una reforma tributaria que no solamente abarcó la parte propiamente impositiva, sino también la parte de aranceles. Fue una reforma integral completa, quizás la más grande que hemos visto y, en los últimos 30 años después de esto, pues el país ha crecido de una forma extraordinaria. La media ha sido un 5% de crecimiento interanual y cuánto valor nos ha agregado esa concertación y ese capital social. Sin embargo, lamentablemente y, eso los dicen los historiadores de urbanizaciones, tenemos que esperar las situaciones de crisis para hacer los cambios estructurales, ¿por qué no lo hacemos antes y así no evitamos pasar por todos esos problemas? De ahí es mi punto.
Pero también, si miramos a grandes países del Cono Sur, el más austral de todos. Un país enorme, con una tremenda riqueza natural, con personas entrenadas y capacitadas, sin embargo, con un desempeño económico tan pobre que en estos momentos están llegando a una inflación de un 70%. Otro país, más al norte del Cono Sur, sabemos la situación también en la que está: ausencia de capital social.
Si vemos lo que está pasando en nuestro vecino Haití, que no se ponen de acuerdo ni siquiera para pedir ayuda, no hay capital social y de esa forma ha caído en un estado de ingobernabilidad, de indefensión y de indigencia. Solamente estos tres ejemplos para apuntar porqué el capital social es tan determinante en la creación de la riqueza y porqué determina también muchas veces la institucionalidad y el buen gobierno. De ahí la devoción que tengo sobre este tema.
Volviendo al caso de nuestra organización, nuestra filosofía de gestión es ser una institución de éxito económico y humano, que se esfuerza en alinear sus intereses con los de la sociedad, con un claro sentido de propósito: Impulsar el progreso humano, haciendo una banca responsable, innovadora y cercana.
Nuevamente, agradezco de manera muy especial esta distinción y el aprecio de todos ustedes.
Muchas gracias.
Un “paracaidista” en la banca de república dominicana
El ingeniero Luis Molina Achécar, presidente del Consejo del Banco BHD, es un profesional con más de 40 años en el área financiera e inmobiliaria de República Dominicana. Es egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde se graduó de ingeniero civil, habiendo recibido honores Magna Cum Laude.
Luego estudió Administración de Negocios en Babson College y Finanzas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, Estados Unidos. Muchos lo definen como “el banquero de referencia”. Su experiencia le otorga la autoridad suficiente para ser un referente del sector financiero. Es reconocido, además, por su liderazgo por el bien de la banca múltiple y del sistema financiero en general.
También es reconocido por liderar un banco múltiple modelo con indicadores de desempeño sostenidos en el tiempo. También, por impulsar el compromiso socialmente responsable desde el negocio financiero para un mejor país. Está convencido de que los bancos bien capitalizados y bien administrados son un soporte vital en el desarrollo de una economía.