Los economistas solemos poner en perspectivas los problemas económicos, políticos y sociales que se pueden presentar en el futuro cercano en una nación, esto como forma de ayudar a gobiernos, empresas y consumidores a tomar las mejores decisiones. En esta ocasión, hacemos una lista de los problemas fundamentales que, a nuestro juicio, pueden tener una incidencia fundamental en el desempeño integral de la República Dominicana.
En efecto, es probable que, durante los próximos cinco años el reto principal para cualquier gobierno es “hacer creíble la lucha contra la corrupción y la impunidad” pues, aunque existen varios casos en proceso de sometimiento a la justicia, sin embargo, las condenas son las que ratificarán que esa es una lucha real, sin cuartel y sin intocables. Además, se necesitará fortalecer la gestión administrativa pública, de modo que haya control real sobre el uso de los recursos públicos en todas las instituciones del estado, y que la gente lo perciba.
Un segundo problema/reto para el próximo lustro, es “mantener la estabilidad económica, política y social” del país. La mayoría de las personas solo le da importancia a esta estabilidad cuando no la tiene, por eso es por lo que hoy en día hay que preservarla a todo costo. Así, será vital que se tomen las decisiones correctas y oportunas en materia de política fiscal, monetaria y cambiaria, no importando a quienes afecte en términos económicos y políticos, si con ello salvamos a la mayor parte de los ciudadanos dominicanos.
El tercer problema/reto que se tendrá para los próximos cinco años, está vinculado a las reformas institucionales pendientes. Por ejemplo, la reforma del sistema dominicano de la seguridad social no puede esperar más, pues el gasto de bolsillo en salud se está comiendo los ingresos de las personas, mientras el sistema se torna cada vez más rentista y menos solidario conforme los problemas de salud, pensiones -fundamental-, entre otros, que existen. Adicionalmente, el diseño e implementación de una reforma fiscal es también casi una necesidad, pues la regresividad del sistema tributario es cada vez más asfixiante para la clase media y, en particular, para los consumidores.
Así también, la inflación es una espada de Damocles que se cierne sobre la cabeza de los consumidores, constituyéndose en un importante problema para el lustro que se avecina. Aunque en los últimos meses el aumento generalizado de los precios ha ido cediendo en el país, se requieren medidas adicionales del gobierno a nivel del fomento a la producción agropecuaria para que los productos agrícolas y pecuarios lleguen a menor precio a las mesas de los dominicanos. Se sabe que tenemos una inflación importada, pero la promoción de la producción, a través de diferentes mecanismos, podría contribuir con una reducción de los precios internos.
Finalmente, la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global debe ser indispensable para la sostenibilidad de nuestros bosques y para la conservación de los recursos naturales que posee la nación dominicana. En ese contexto, la inversión para que se puedan reducir los gases de efecto invernadero debe ser una prioridad, lo mismo que la creación de empleos verdes a partir de estímulos que fomenten la producción verde en el país. Es probable que existan en el país otros problemas/retos más o menos importantes que los mencionados, pero de lo que estamos seguros es que resolviendo estos se puede avanzar bastante en la búsqueda del desarrollo económico y social del país.